Thursday, August 31, 2006

VINCENT PRICE (1911 - 1993)

Un maestro del terror

En la década del 60 participó en la serie Batman, encarnando al villano Egghead (Cascarón)




En la película The Bat (1959) de Crane Wilbur




Una clásica escena del genial Vincent Price junto a otro monstruo, Peter Lorre. Inolvidable contrapunto de catadores enófilos en Tales of Terror (1962) de Roger Corman.


BIOGRAFIA Y FILMOGRAFIA DE VINCENT PRICE

Monday, August 28, 2006

EDGAR ALLAN POE (1809-1849)


EDGAR ALLAN POE en HUESOS DEL AYER
por Roberto "Lupus" Lobos

No fui en mi infancia como los otros, y siempre me pregunté cómo sería la infancia y cómo serían realmente los otros; nunca la vi, nunca los vi, nunca los percibí como ese tiempo que todos conocen ni nunca vi como los otros vieron, y eso tampoco es extraño si pienso en los demás y en las vagas visiones de los demás.
Mis pasiones yo no podía hacer brotar de fuentes iguales a las de ellos; no había pasiones en las fuentes de las que yo bebía, no había bálsamos, ni flores, ni horizontes; había, apenas, lo que hay para todos los que no ven debajo de las cosas y detrás de los ojos: la miseria del tránsito esquivo; y era otro el origen de mi tristeza, porque han insistido en suponerme obstinadamente triste; y era otro el canto que despertaba mi corazón para la alegría cada vez que desplegaba estas alas en el cielo ebrio de mis palabras disfrazando sutiles armas de adicción y deseo.
Todo lo que amé lo amé solo. No podía compartir este mundo sin destruir, sin destruirme bajo la silueta de unos párrafos desesperados. No tuve ni he tenido musas para ofrecerme en sacrificio ni recompensa suficiente para cicatrizar mis entrañas de sangre y alcohol.
Así en mi infancia, en el alba de mi tormentosa vida, en la época donde se revelan los secretos más ocultos, yo supe siempre que mi vida sería ésta; irguiéndose desde el fondo de todo bien o todo mal, no existiendo otra profundidad más que la que uno habita desde siempre; desde cada abismo, en el vacío oscuro de esos sótanos que invento para acabar con los fantasmas, encadenándome, yo, el mismo que hice decir “no más” a un cuervo, que tuve hijos y mujeres, que no he sido, por suerte, el que los demás imaginan ver, sólo he tenido como único equipaje de mano la respuesta certera –tremenda- al verdadero enigma que nadie, nunca, logrará descubrir: el misterio que envuelve mi destino

CUENTOS COMPLETOS DE EDGAR ALLAN POE (para descargar usar el botón derecho del mouse y seleccionar "guardar destino como")

POE, EDGAR ALLAN - Cuentos Completos (Trad. Julio Cortázar).pdf


AUDIO DEL POEMA "EL CUERVO"


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Saturday, August 26, 2006

ALBERTO OLMEDO (1933-1988)


Necroilógicas

por Marcelo Figueras

(extraído de la Revista CAÍN, Nº 4, marzo de 1988)

Resulta que se murió Olmedo. Resulta que lo amábamos. Resulta que llorar no figura entre nuestras costumbres, y que no solemos, tampoco, abatirnos y dejar que el mundo nos pase por encima. Pero, ay, estamos hartos, secos, esgunfiados de que todos aquellos a los que admiramos se nos vayan jóvenes. De Artaud a Morrison. De Lennon a Luca. De Belushi a Olmedo. No porque querramos retenerlos, no: su salida de escena sigue siendo válida, ejemplarizadora. Nos jode, más bien, porque nos dejan a solas con todos los mediocres de este mundo. El cierre de CAÍN se paraliza , entonces. Nadie corrige nada. Nadie revisa nada. Nadie completa textos. Estamos demasiado ocupados, todos, imaginándonos cuantas botellas de champagne se bajó Olmedo antes de emprender el vuelo. Cuánta pala: un avión seguramente. Estamos demasiado ocupados planeando una campaña que asegure un choque automovilístico fatal para Juan Carlos Calabró, un elefante furioso en el camino de Gerardo Sofovich, el derrumbe de una iglesia sobre la testa de Famoso Roquero Confesional y Mercedino. Estamos en ésa. Se aceptan sugerencias.



NO TOCA BOTÓN - Borges y Alvarez


olmedo y borges - video powered by Metacafe

Sunday, August 20, 2006

FRANK ZAPPA (1940 -1993)



















JOE'S GARAGE (Fragmentos)

por Frank Zappa

Los ineptos desesperados de las altas oficinas por todo el mundo han sido conocidos por promulgar los más desagradables pedazos de legislación para ganar votos (o, en lugares donde no tienen que votar, para controlar las formas no deseadas de comportamiento de la masa).
Las leyes ambientales no se hicieron para proteger nuestro aire o nuestra agua... se hicieron para conseguir votos. Las campañas periódicas anti-obscenidad no están dirigidas a librar a nuestras comunidades de la decadencia moral... están dirigidas a dar un aura de santidad a los caza-despachos que las reclaman. Si unas pocas frases clave se cuelan en cualquier discurso (como los consejeros expertos les explican a varios de esos jefes de estado) los votos vendrán rodados, los dólares vendrán rodados, y, lo que es más importante, el poder será conservado por el tipo simpático (o la chica) que consiga la mayor difusión de los medios para su corrupción. Naturalmente, también les irá muy bien a sus amigos en varios negocios.
Todos los gobiernos se perpetúan a sí mismos a traves de la comisión diaria de actos que una persona racional podría encontrar estúpidos o peligrosos (o ambas cosas). Naturalmente, nuestro gobierno no es ninguna excepción... por ejemplo, si el presidente (cualquiera de ellos) fuera a la televisión y se sentara allí con la bandera a la espalda (o quizá una escena rústica con una pequeña cascada, además de la bandera) y mirara sinceramente a la cámara y le dijera a todo el mundo que todos los problemas energéticos y todos los problemas de inflación tienen su origen en y pueden ser resueltos con la abolición de la MÚSICA, seguro que la mayoría de la gente le creería y pensaría que la ilegalización de esta nauseabunda forma de polución por ruido sería un pequeño precio a pagar por la oportunidad de comprar gasolina como en los viejos tiempos. ¿De ningún modo? ¿Nunca sucederá? Los discos están hechos de crudo. Todos esos grandes conciertos de rock van de ciudad a ciudad en camiones de 45 pies que engullen combustible... y cuando llegan allí, gastan enormes cantidades de energía eléctrica con sus luces, sus amplificadores, sus sistemas de sonido... sus máquinas de humo. Y todos esos sintetizadores... mirad todo el plástico que llevan dentro... y las púas de guitarra... y lo que se te ocurra...
EL GARAGE DE JOE es una historia estúpida sobre cómo el gobierno va a intentar exterminar la música (causa principal de un comportamiento no deseado de la masa). Es algo así como una obra barata de instituto... tal y como se hubiera hecho hace 20 años, con todos los decorados hechos de cajas de cartón y pintura de carteles. Es también como esas conferencias que suelen dar los expertos locales (donde te muestran todas las formas diferentes en que te puedes echar a perder, con las pastillas llevándote a la hierba llevándote a la aguja, etc., etc.).
Si el argumento de la historia parece un poco absurdo, y si la idea del Escrutiñador Central haciendo cumplir leyes que todavía no se han aprobado te hace reír, alégrate de no vivir en uno de esos alegres países pequeños donde, en este mismo momento, la música está o muy seriamente restringida... o, como en Irán, es totalmente ilegal.

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Eventualmente se descubrió
que Dios
no quería que fuéramos todos iguales.
Esta era
una mala noticia
para los gobiernos del mundo,
porque parecía contraria
a la doctrina de
Raciones Reguladas en Porciones.

La Humanidad tenía que hacerse más uniforme
si se quería que
el futuro
funcionase.

Se buscaron diversas maneras
de unirnos a todos,
pero, ay,
la igualdad no se podía forzar.

Fue por esta época
que alguien
vino con la idea de la
criminalización total,

basada en el principio de que
si fuéramos todos maleantes
podríamos al fin ser uniformes
hasta cierto grado
ante los ojos de
la ley.

Astutamente nuestros legisladores calcularon
que la mayoría de la gente sería
demasiado vaga para cometer un
verdadero crimen,
así que se fabricaron nuevas leyes,
haciendo posible a cualquiera
violarlas en cualquier momento del día o de la noche
y una vez que todos hubiéramos roto algún tipo de ley,
estaríamos todos en el mismo club feliz,
junto con el presidente,
los industriales más elevados,
y los peces gordos del clero
de todas vuestras religiones favoritas.

La criminalización total
fue la mayor idea de su tiempo,
y fue vastamente popular,
excepto para aquellas personas
que no querían ser maleantes o estar fuera de la ley,

así que, por supuesto, había que
forzarles a entrar en el juego...
lo cual es una de las razones por las que
la música
fue finalmente declarada
ilegal.


Letras completas de Joe's Garage (español)

Friday, August 18, 2006

HELMUT NEWTON (1920 - 2004)


El lapso del cosmético

por Fabricio Simeoni

En cada resquicio de catarata que sobra nos diluimos. En la hamaca somos la conciliación eruptiva del movimiento y el aire. Como un legado de Helmut Newton en la inaccesible prudencia de los gatos. Algo se cruza en la noche y no es el esqueleto suicida desde el décimo callando, afamado al cordón o a la vereda. La del noveno tiene lágrimas en los ojos, los cierra y los abre por sí acaso.
El frío de los balcones se desperdicia pero aún no coincide la térmica con la temperatura real del ambiente, todos los habitantes del octavo tienen piel de gallina. El agua, las goteras, un charco indemne, la vieja abre un abanico de opciones, el trapo de piso, lo escurre, la humedad, otra vez el agua. Las nenas se bañan en el séptimo, ahora saben que cada parte de su cuerpo colapsa. Alguien las está observando desde otro séptimo. Un collage de espuma sobre las espaldas, que una toque a la otra dilapida el solipsismo, un daguerrotipo que une todos los séptimos, los confluye. La misma mirada, su curso. Esta fijación de puntos estratégicos merece dormirse ahí, detrás de los silentes.
El sexto huele mal. La torta quemada, el horno abierto. Comerán las estridencias de los espejos rotos. Las astillas se incrustan en la masa y la crema en la manga se desparrama como revocando las paredes inútiles y endebles del cumpleaños, siguen estallando los espejos aunque ya nada se desperdiga. La cisura nos proporciona más axiomas. Hay animales encerrados en la jaula del quinto, las jaulas de la jaula... se recrea la porción de atmósfera parida por los jilgueros, cierto trinar vaticina el ozono del plumaje como algo contaminante para las tortugas, que aún caminan desgarrando la lucidez del cerámico, hubiese querido detenerme en el cuarto.
Sudando el maquillaje, la fricción de los enanos coarta la oscilación. Otra foto con los globos. ¿Cuánto faltará para que me diga algo? ¿Cuánto para que se limpien los eslabones de chocolate sobre su labio? ¿Desde donde vienen los basureros cuando no hay basura? ¿Desde donde la basura cuando lo que se concede es el deseo? O no. El sastre toca la puerta del tercero, nadie atiende. Una costura desecha, el filamento acondicionado al prototipo de un nuevo cítrico. Trabajar con las telas agresivas, sus arrugas. Podría subir pero cada peldaño requiere de un riesgo exprimido, tal vez no pueda verla desde arriba. El tobillo se desprende del miembro hasta inflar la gabardina, la misma forma del cuerpo, el mismo cuerpo en la forma.
Algo suena desde el segundo, la música de los sonajeros. Un gemido gestual o el llanto postrado. La escalera sigue su origen. Lo busca. El decurso foráneo del andamiaje cabe inusitado en los descansos. Alguien colgó las guirnaldas necesarias para que este periplo parezca festivo. Pero los acordeones no generan la misma acumulación de inercias que la ingravidez de la boca ausente. Se avizora el primero. El deslumbramiento de las lámparas, hay un incendio en la cocina, no hay velas. No hay rejas abocadas a la escénica tarea de recluirnos. Alguien sube.
En cada abundancia de inanición que falta, resurge la combinación de todos los elementos prohibidos en el simposio del barco. Ahí está la orilla y su límite roedor, abriendo otra vez los ojos para que el vacío sea sólo parte de la trampa.
Ahora estoy en el subsuelo y ella baila sobre la mesa.



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Más fotos

El ángel caído

SYD BARRETT (1946 - 2006)





Bienvenidos a las tormentas de larga duración
La Forma más dulce de la violencia

por Fernando Bottazzini

Viste, se murió el tipo que tenés en el póster, ―dijo mi viejo después de volver del café con el diario. Cuál tipo? ―ese con cara de loco, pálido. Cuál? ¿Algo de Barret, puede ser?; bueno, espero que no te deprimas demasiado ―agregó, ya que podía presumir la calidad triste de mis ojos bajando con la lectura del periódico y sabiendo que a mi manera, esas noticias podrían arruinarme.
Syd se despertó después de estar tirado veinte horas, empujó ropas mientras arrimaba colores sosteniendo con la otra mano el soporte blanco, algo manchado con líquidos para ingerir. Creo que la dimensión de su mandíbula era un muro derrumbado años atrás, todo lo que sostenía soportaba los quiebres lisérgicos de los ácidos, la destrucción, el acercamiento a los pensamientos profundos, como agarrar un libro sólo para tocarlo y no para leerlo, la demasía estimulada por la sensibilidad o practicar el insomnio mirando una puerta trasera por largas jornadas que durara el extravío.
Se imagina rincones mohosos, desorden de discos repletos de tierra, pedazos de cuadros destruidos por ataques de pánico, periódicos y revistas arrugados y un denso aire, típico de un under verdadero, no especulado.
Se dice que estar descalzado es un síntoma que devuelve seguridad, yo pienso lo mismo en la sensatez de ese acto, aunque vestido pero descalzo.
La idea de simplificar, por flagelación o desorden mental, la extremidad del cuerpo, o la materia de lo que estamos hecho.
Dicen que los locos, tienden a odiar los pelos, los ajenos y los propios, porque la forma de los mismos quizás devuelvan imágenes punzantes, presiones lateralizadas hacia el centro del cuerpo que devienen en la interpretación de amenazas psíquicas y provocan cierto desequilibrio. O caminar sin sentido hacia el infinito, sin sentir siquiera el cansancio y no advertir detalles lógicos, sólo cosas no dispuestas para ser captadas por el ojo común.
Syd amaba el naranja, y los cuadros expresionistas. Necesitaba los gritos. Así, los reclamos serían fermentados y disueltos, pero necesitaba el grito, el caos de la soledad tatuada por grises en el perímetro de sus ojos, y armar ciudades a medida, con calles oscuras encerradas por bloques que hicieran sin voluntad el trabajo de morsas gigantes.
Eliminando tonalidades que no cumplieran valores primarios, intensidades del alma que demolieran a modo de dientes caninos las imperfecciones de la pureza. La creación manifestada desde el interior, la forma más violenta de la dulzura, emociones agresivas en pinceladas dramáticas como búsqueda inconsciente de palpitaciones vitales. Por el diamante que brilla sin darse cuenta y por azar según del lado en que se lo mire. O acaso, necesitaba la infusión de hongos para calmar túneles inconexos, dimensiones inalcanzables a las que estaba acostumbrado, la incertidumbre del infinito, el eco de los sonidos y el poder de las cosas inevitables que rauda la naturaleza. Con la misma demencia con la que laten los colores de un prisma ante la catástrofe de lo extremo.
O esa versión anónima, de saber que ello existe o se sucede mientras menos se lo nombre.
El preludio de los abismos donde se halla la respuesta, y saltar hacia la nada enfrentando el vigor del sol como caridad de las buenas razones.
Bienvenidos a las tormentas de larga duración, agrias formas de endulzar lo cítrico de la tragedia. Aquella decisión de no tener pelos, de sentirse liviano en pensamientos oníricos y distinguir el vaivén desprolijo de una pluma viajando a gusto del viento.


SYD BARRETT'S FIRST MUSHROOM TRIP



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Psychedelic Bike

Apples and Oranges

BIOGRAFÍA Y ENLACES

BIOGRAFÍA

Thursday, August 17, 2006

JOHN BELUSHI (1949 -1982)
















En Saturday Night Live, parodiando a Joe Cocker


Blues Brothers